En una farmacia, cada metro cuadrado cuenta. Los espacios de la farmacia deben estar diseñados no solo para exhibir productos, sino también para acompañar al paciente/cliente en su proceso de compra. Una correcta organización del espacio mejora la experiencia del cliente y refuerza la identidad y el posicionamiento de la farmacia.
¿Por qué es clave organizar bien los espacios de una farmacia?
El espacio en las farmacias es limitado, especialmente en las de tamaño pequeño o mediano. Por eso, una distribución eficaz ayuda a:
- Aumentar la visibilidad de las categorías prioritarias.
- Facilitar la circulación y el acceso a productos.
- Reforzar el mensaje de marca y los valores de la farmacia.
- Generar un ambiente agradable y ordenado.
Diseñar los espacios de una farmacia no consiste solo en colocar estanterías: se trata de pensar estratégicamente en el comportamiento del cliente y en qué categorías queremos destacar.
Paso 1. Organizar los espacios de la farmacia por categorías
Una buena forma de empezar es definir claramente las categorías que vamos a trabajar. Esto implica también renunciar a exponer ciertas otras categorías, sobre todo si el espacio es reducido. Por ejemplo, si tu farmacia está situada en una zona con muchas familias jóvenes, quizás tenga sentido apostar por productos para embarazadas, bebés, niños y madres.
Este enfoque permite especializarse y posicionarse como referente en determinadas áreas, en lugar de intentar abarcarlo todo.
Paso 2. Diseñar espacios diferenciados que orienten al cliente
Una vez definidas las categorías, es esencial crear zonas diferenciadas dentro de la sala de ventas. Esto se puede hacer mediante:
- Rótulos o carteles sobre las estanterías, que identifiquen claramente cada categoría.
- Separadores verticales móviles, a juego con el estilo de la farmacia, que permitan reorganizar fácilmente los productos según necesidades.
Este tipo de espacios bien señalizados en la farmacia no solo ordenan, sino que facilitan que el cliente encuentre lo que busca sin confusión. Y además, invitan a la compra autónoma o al asesoramiento si así lo desea.
Paso 3. Evaluar y actualizar regularmente los espacios de distribución
Es habitual que, con el paso del tiempo, los productos se desplacen de su zona o se mezclen las categorías. Por eso, conviene revisar cada cierto tiempo si los espacios están bien definidos y si la distribución sigue teniendo sentido.
Un espacio bien diseñado transmite profesionalidad, confianza y cuidado por los detalles. Y eso, al final, se traduce en más ventas y una mejor experiencia para el paciente/cliente.
¿Y tú? ¿Cuándo fue la última vez que analizaste los espacios de tu farmacia?
Sal a la sala de ventas, observa con mirada crítica y pregúntate: ¿Estoy aprovechando bien los espacios? ¿Qué puedo mejorar para que el cliente se sienta más cómodo y compre mejor?
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